Menos de la mitad de la producción nacional de granos se opera con futuros. La conveniencia de usar herramientas financieras que no dejen todo en manos del clima y la volatilidad de los mercados.
Los productores agropecuarios argentinos producen por año 55 millones de toneladas de soja, 15 millones de toneladas de trigo y 30 millones de toneladas de maíz. Durante el 2016, de los 100 millones de toneladas de granos se realizaron operaciones en los mercados a término por 28 millones de toneladas en Matba y 18 millones en el Rofex, es decir, un 46 por ciento del total producido. Queda un largo camino de aprendizaje: muchos dejan todavía su cosecha en manos del clima y la volatilidad de los mercados.
Como es sabido para quienes nos desempeñamos en el sector, las proporciones a invertir por un productor que busca sembrar suelen ser: 33 por ciento insumos, 16 por ciento labores, 40 por ciento alquiler y la diferencia representa la ganancia. Normalmente, el productor siembra y realiza Forward para cubrir los insumos, es decir hasta un 33 por ciento de su facturación y el resto espera a ver cómo se va desarrollando la campaña y de acuerdo a eso intenta cerrar el precio de una proporción mayor.
El problema es que normalmente los precios se van moviendo. Si la campaña avanza para bien los precios suelen bajar, pero si va mal, los precios suben. Como el mercado lo descuenta todo, cuando ocurren estos eventos climáticos positivos o negativos el productor llega tarde para captar los precios.
Se deduce de lo anterior que el productor asegura precio para un tercio de su producción y el resto la deja descubierta. Normalmente hace un Forward que es una venta a futuro con precio cerrado y compromiso de entrega, lo cual es una estrategia rígida porque no tiene posibilidad de captar suba si es que los precios se disparan.
Buscar pisos y captar subas
¿Qué espera el productor para ponerle un piso de precio a su cosecha? Lo que se aconseja es que estimen los ingresos por producción de acuerdo a las hectáreas sembradas y rindes esperados; y que asuman estrategias flexibles que les permitan poner pisos a sus ventas y captar subas en caso de que se disparen los precios.
A la fecha existen herramientas más flexibles como las opciones que, combinadas con Ventas Futuras, dispara dos interesantes estrategias:
PUT. Es una opción de venta pagando una Prima. En caso de que los precios bajen permite vender la producción a un precio previamente estipulado y aceptado por el productor. Como ejemplo, a la fecha, con una prima de 6,7 dólares podríamos asegurar un precio de venta de 254 dólares por tonelada, logrando un piso de 247,30 dólares.
Venta Futuro o Forward + un CALL. Implica dos acciones. Primero, vender la producción a un precio determinado a cosecha; segundo, tener la opción de recomprar la cosecha a un precio superior en caso de que los precios suban significativamente, logrando así venderla más adelante a un mejor precio. Como ejemplo, a la fecha podríamos vender un Futuro a mayo 2017 a 260 dólares por tonelada o 263 dólares a julio 2017 y comprar un call con una Prima de 5,8 dólares y base 270 dólares. Es decir, que si los precios bajan, la producción estaría vendida a 261 dólares o 263 dólares, pero si los precios suben tendremos la opción de recomprar la soja a un costo de 5,8 dólares de la tonelada y captar la suba de lo que supere 275,8 dólares.
Al contrario de lo que el productor cree, que guardando su soja en silobolsa está cubierto, lo que está haciendo es “especular” con el precio de su producción. Para dimensionar lo que estamos hablando, veamos lo que pasó durante la campaña pasada, donde los productores realizaron Futuros o Forward a 210 dólares. Al momento de la siembra, teníamos los siguientes valores:
1) Put: 210 dólares por tonelada; prima: 5,7 dólares.
2) Futuro Mayo: 213 dólares + Call 222 dólares; Prima: 4,5 dólares.
Al 27 de mayo, la soja valía 292 dólares. Si el productor hubiera tomado alguna de las estrategias flexibles mencionadas anteriormente, podría:
1) Vender a 292 dólares y perder 5.7 dólares de la Prima del PUT y obtener un precio final de 286.3 dólares.
2) Ejercer el call a 222 dólares, recomprar su soja y captar la diferencia entre 292 y 226.5, haciéndose de 65,5 dólares por tonelada adicionales a los 213 dólares en los que había vendido su producción, obteniendo un precio final de 278,5 dólares.
Hasta aquí una breve explicación de la conveniencia de invertir y aplicar estrategias flexibles que permitan cubrirse y superar las inclemencias del mercado o del clima.