A comienzos de la década de 1980, Michael Bay comenzó a dirigir la saga de películas cinematográficas Transformers, unos robots que tienen la capacidad de convertirse en diferentes formas para sortear dificultades.
Esa habilidad que tienen estas figuras para adaptarse a los cambios le sirve a Gustavo Grion, productor ganadero del Crea Cañada de Luque y vocal de la Regional Córdoba Norte del movimiento, para caracterizar cómo deben ser las empresas agropecuarias.
“Tienen que tener esa rapidez para adecuarse a los cambios, de lo contrario la coyuntura y las crisis le pegan demasiado fuerte”, aseguró Grion a Agrovoz, durante la Jornada de Actualización Técnicas (JAT) realizada por los 14 grupos Crea que conforman la Regional Córdoba Norte.
Su desarrollo, llevado a cabo en la Sociedad Rural de Jesús María, tuvo su foco puesto en la diversidad, otra de las particularidades por la que también se destacan los Transformers.
Lo urgente y lo importante
Conscientes de que hay cuestiones vinculadas con el negocio agropecuario que escapan a cualquier decisión empresarial, como por ejemplo el clima, los productores pertenecientes al movimiento intentan direccionar su gestión sobre aquellas variables que sí puede modificar.
Luego de la campaña 2017/2018, cuando la sequía generó iliquidez y endeudamiento en las empresas de la regional, los buenos resultados productivos de la última cosecha ayudaron a acomodar el barco, según graficó Jorge Barros, asesor del grupo Crea del Este y coordinador de la mesa empresaria de la regional, que preside Guillermina Buteler. Con reuniones mensuales, la mesa tiene como objetivo ayudar a los productores a tomar decisiones en el contexto actual.
Según Barros, el camino que tienen por delante los empresarios agropecuarios es entender qué está pasando y adoptar las herramientas de gestión más precisas, para ir más allá de los márgenes económicos.
En situaciones de crisis, las empresas se relacionan con ella de diferentes maneras. “Están aquellas que están complicadas, otras asustadas, otras inconscientes que hacen siempre lo mismo, otras que desafían los límites y van por más y otras que ven las oportunidades”, explicó el asesor técnico, durante su exposición en la JAT.
Según su visión, la empresa tiene una vinculación directa con la estructura y lo importante por resolver, mientras que los negocios que lleva a cabo tienen más que ver con la coyuntura y lo urgente. “No poner el ciento por ciento del tiempo en gestionar la coyuntura. Lo importante es la empresa que es la que hace negocios”, sostuvo Barros, quien aconsejó a los productores a trabajar sobre la estructura empresarial, para que las crisis no pegue siempre de la misma manera, y administrar la coyuntura.
Las nuevas normas de gestión adoptadas por el movimiento van en esa dirección. Su enfoque inicial, basado en la dinámica de los negocios hacia la empresa, fue reemplazado por un abordaje que analiza a la empresa para explicar el resultado obtenido en función de los negocios.
La herramienta diseñada por Crea sobre una planilla Excel, denominada Diagnóstico de Situación Empresaria (Dise), se convirtió, por ejemplo luego de la sequía de la campaña 2017/2018, en una referencia de consulta por parte de los productores del movimiento. Entre sus utilidades, permite a la empresa percibir si su actual negocio es viable hacia adelante, de manera independiente a la coyuntura.
Para Barros no se debe usar el contexto como excusa para no trabajar en la estructura de las empresas.
Experiencias
Mauricio Pretto es miembro del Crea del Este, el último grupo que se integró a la Regional Córdoba Norte. Junto a su hermano gestiona una empresa familiar mixta, con 95 por ciento de campo arrendado. “La metodología de Crea nos fue dando las herramientas para la toma de decisiones en un momento en que no teníamos claro el rumbo”, sostuvo el productor durante su participación en la JAT en el panel sobre diversidad y herramientas empresarias, que fue coordinado por Diego Figueroa.
A partir de este acompañamiento, los Pretto cambiaron el primer enfoque productivista y lo adecuaron al escenario actual. “La cría en campo alquilado está ‘áspera’, por eso nos volcamos a la recría y a la venta de la hacienda terminada. Con los granos mantenemos la estructura y con la carne buscamos la rentabilidad”, sostuvo el productor.
La empresa agropecuaria familiar de la que es parte Hernán Cornejo también vivió en los últimos años su etapa de transformación. Integrante del Crea Totoral, la explotación agrícola con campos en Salta y en el norte de Córdoba comenzó con la gestión de Hernán y uno de sus cuatro hermanos. Arrancó con el arrendamiento de tierra a sus padres.
La empresa tuvo entre 2003 y 2008 una etapa de crecimiento apoyada en los buenos resultados productivos y económicos. Hasta que en 2009 se encadenaron cinco campañas con sequía que trajeron por ejemplo en la zona de San José de la Dormida rendimientos para el maíz de dos mil kilos por hectárea, según recordó el productor.
“Habíamos crecido con crédito; si bien económicamente estábamos bien, corríamos riesgo como empresa. Trabajamos sobre el flujo de fondos y decidimos en 2015 que había que achicar la estructura”, admitió el productor.
Como parte de esa reconversión, Cornejo dejó la empresa y comenzó a trabajar en su profesión de ingeniero industrial. El alquiler de parte de los campos y la reducción de costos permitió a la empresa pagar sus obligaciones financieras.
“Hoy tenemos una empresa saneada, sembramos con maquinaria propia y hemos priorizando al personal”, destacó Cornejo, quien ahora se desempeña como asesor financiero en la empresa Argentina Valores Sociedad Anónima.